No me lo esperaba

Estas últimas semanas, después de los acontecimientos derivados de los últimos cambios, estoy viviendo una serie de experiencias que me provocan sentimientos encontrados. Por una lado la gran alegría de toda la gente que me está acogiendo y apoyando, muchos que viven con ilusión y esperanza mi llegada a su parroquia; unido a ellos están un montón de amigos y compañeros de camino que siguen creyendo conmigo y siguen estando cerca, sintiéndose iglesia de una manera nueva. ¡Gracias a todos, así es posible seguir creyendo, seguir caminando, al menos en la fidelidad!

Pero, por contra, estoy descubriendo que muchos, a los que yo sentía, no sólo como compañeros, sino como amigos, hacen verdad el dicho de a rey muerto, rey puesto; te han dado la patadita y adiós muy buenas… incluso alguno está diciendo que Pochi nos lo pone muy difícil porque anda todo el día llorando y contando que lo pasa mal… ¡increíble! primera noticia que tengo.

Creo que muchos se equivocan, creo que hemos equivocado la estrategia, a bastantes se les olvida que hemos sido víctimas de un vulgar desalojo, un ataque a las personas, allá cada uno con su conciencia.

Yo seguiré regalando mi alegría, mis ganas de creer, y afrontaré mi nueva etapa como un hermoso y atrayente reto, el que quiera caminar que se sume, el que sólo buscó su interés que se quede con lo suyo.

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